Muchas veces he visto un cuerpo en movimiento, desnudo o vestido, el cuerpo que transmite está de la piel hacia afuera. En esta ocasión, el viaje parte de más adentro y va "a través".
Hay que empezar por conocer en detalle la articulación del hombro, una estructura flotante formada por la clavícula, el húmero y la escápula (omóplato). Sobre éstos, un complejo sistema de músculos sujeta y acciona para posibilitar el amplísimo campo de movimiento del hombro.

Cuanto más de cerca miramos más posibilidades surgen para el trabajo. De momento, la elección se centra en dos: el trabajo con los límites articulares (hasta dónde puede llegar la articulación, sin salir de lo placentero) y la cabeza del húmero como origen del movimiento.
Hemos abierto sólo una puerta de conocimiento y ya hay grandes posibilidades de estudio, sin embargo, aún queda mucho por ver.
15 de Diciembre de 2008
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