viernes, 9 de enero de 2009

Entrar en el cuerpo

¿Cuántas veces se tiene la oportunidad de entrar al interior de un cuerpo?

Muchas veces he visto un cuerpo en movimiento, desnudo o vestido, el cuerpo que transmite está de la piel hacia afuera. En esta ocasión, el viaje parte de más adentro y va "a través".

Hay que empezar por conocer en detalle la articulación del hombro, una estructura flotante formada por la clavícula, el húmero y la escápula (omóplato). Sobre éstos, un complejo sistema de músculos sujeta y acciona para posibilitar el amplísimo campo de movimiento del hombro.

Dar aquí un estudio detallado del movimiento de esta articulación sería absurdo además de aburrido, sin embargo, tómate un momento para pensar cuántos movimientos simples y distintos eres capaz de hacer con tu hombro (elevación, abducción, campaneo, torsión... son muchos). Pero vayamos más en detalle ¿qué partes de la articulación intervienen en cada movimiento? La escápula se desplaza en la mayoría de movimientos del hombro ¿qué posibilidades nos permite si nos proponemos dejar ésta inmóvil? ¿y si el movimiento parte exclusivamente de la cabeza del húmero?

Cuanto más de cerca miramos más posibilidades surgen para el trabajo. De momento, la elección se centra en dos: el trabajo con los límites articulares (hasta dónde puede llegar la articulación, sin salir de lo placentero) y la cabeza del húmero como origen del movimiento.

Hemos abierto sólo una puerta de conocimiento y ya hay grandes posibilidades de estudio, sin embargo, aún queda mucho por ver.

15 de Diciembre de 2008

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